A lo largo de este periodo hemos forjado sólidas alianzas estratégicas en cinco programas alrededor del mundo, ensayando diferentes formas de cambiar el modelo tradicional de negocio a un modelo de negocio orientado hacia el bien.

Desde el apoyo a una de las primeras iniciativas de responsabilidad social impulsada por las y los trabajadores hasta la creación de una plataforma para la innovación única por su naturaleza colaborativa, hemos buscado oportunidades para intervenir en situaciones en las que nuestra aportación, relativamente modesta, pueda tener efectos aceleradores en todo el sistema. Estoy muy orgullosa de nuestros resultados, que se deben en su mayor parte a la pasión aportada por nuestro equipo de casi 60 personas y a nuestros más de 140 aliados.

En estos cinco años hemos aprendido mucho a partir de lo que funciona – y de lo que no funciona – utilizando pacientemente el capital filantrópico para ensayar y realizar cambios significativos en el sistema. Por ejemplo, en un principio subestimamos la importancia de la incidencia política. A los pocos años de haber comenzado nuestras actividades, empezamos a experimentar con la creación de fórmulas regulatorias motivacionales para alentar mejores prácticas comerciales. Desde la promoción del algodón sustentable en India hasta la lucha contra el trabajo forzado en Brasil, nuestros esfuerzos en la materia, aunque recientes, siguen creciendo.

También hemos tomado conciencia de la importancia que tiene el apoyo general para operación, y a menudo sin restricciones, a nuestros aliados, en especial a las pequeñas organizaciones comunitarias de base. Desde la Fundación Awaj en Bangladesh hasta Action for Social Advancementen India, seguimos trabajando para preparar el terreno a organizaciones locales de alto desempeño que tendrán un fuerte impacto colectivo y que continuarán creciendo y captando financiamiento mucho después de finalizada nuestra alianza.

Todas estas lecciones guiarán nuestro trabajo con la perspectiva de los próximos cinco años. 

Mientras nuestra misión permanece, la urgencia de actuar se ha incrementado. A finales del 2018, la ONU advirtió que solo tenemos 12 años para enfrentar la crisis climática global. Hoy en día, la industria de la moda contribuye con alrededor del 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero con sus largas cadenas de suministro y su producción de alto consumo energético. Y esto no muestra signos de disminuir. Recientemente, la Unión de Científicos Preocupados en la Moda criticó a nuestra industria por su respuesta insuficiente a la "intensificación de la crisis ecológica".

Al mismo tiempo, el Objetivo de Desarrollo Sostenible #8 exige la erradicación del trabajo infantil para 2025, y sin embargo, a nivel mundial 152 millones de niños y niñas continúan trabajando, y millones de personas trabajan en campos, fábricas y hogares para esta industria. 

A medida que moldeamos nuestra próxima estrategia de cinco años utilizando nuestros valores fundamentales como guía, podemos ver el camino a seguir. Necesitamos utilizar nuestros valiosos recursos de la manera más inteligente posible.

Necesitamos unir a las organizaciones para impulsar nuevas innovaciones y crear nuevos modelos de negocios que satisfagan las necesidades de las personas y regeneren el medio ambiente. Necesitamos construir y fortalecer el campo y permitir mejores políticas. Y debemos impulsar el cambio en las normas y valores culturales que sustentarán y elevarán cada iniciativa singular.

La tarea que tenemos por delante es desalentadora, pero sé que podemos enfrentarnos al desafío. Si actuamos ahora. Es hora de que Fundación C&A acelere sus esfuerzos para ayudar a toda la industria a usar su poder colectivo para hacer de la moda una fuerza para el bien.